Mi primera escuela fue una escuela nacional, como se llamaban en aquellos tiempos. Estaba en la calle del Hórreo, haciendo esquina con la Corredeira do Hórreo, lo que hoy se conoce como República Arxentina (en Santiago).
Mis primeras profesoras se llamaban Doña Esclavitud, y su sobrina Elena,. Enseñaban muy bien. Había niñas mayores y pequeñas, yo era de las pequeñas. Había niñas que venían de lejos, como Picaños, Sar, Castiñeiriño, Pontepedriña; también niñas que vivían cerca del Hórreo como yo.
Pero Doña Esclavitud enfermó y en unos días se marchó (murió), nos llevamos un disgusto muy grande. Nos mandaron otra profesora, se llamaba Doña Gloria Revestido, era una gran señora que nos enseñaba muy bien pero tuvimos mala suerte porque en pocos años también murió.
Mis recuerdos de la escuela hasta aquí fueron muy buenos. Al llegar a la escuela las niñas mayores cogían la bandera española y la colocaban en un soporte que estaba fuera, luego rezábamos una oración que aún hoy recuerdo. A continuación cantábamos el "cara al sol".
Una vez, cuando vino Franco a Santiago, fuimos todas muy "arregladitas" con nuestro mandilón blanco y una banderita española al Obradoiro.
Tuvimos otra profesora después, pero ésta fue un desastre. Tenía cuatro hijos pequeños y alguno lo llevaba a la escuela, no nos enseñaba nada. Yo, cuando llegaba a la escuela, me entretenía con las polillas que me encontraba en la mesa, eran unos bichitos marrones pequeños, los hacía caminar de un lado para otro y, cuando ya no daban más de sí, los metía en el tintero.
Algunas niñas dejamos de ir al colegio y las que se lo podían permitir se fueron a uno de pago. Yo me fuí a un taller de modista de niña de los recados. Con el tiempo me hice modista de poco mérito, pero me vino muy bien para cuando tuve hijos, poder hacerles la ropa.
MIMOS.
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