viernes, 25 de febrero de 2011

El cuento de los polluelos












Mi hermana Pilar, cuando tenía 3 años, salió solita al corral, frente a la casa. Estaba muy contenta porque iba a hacer una buena acción. Había allí una gallina con sus polluelos, la niña se acercó y los polluelos y la gallina se asustaron mucho. Y aquí viene el problema...

Pensó que los polluelos tenían ganas de beber. Cogió uno a uno y les dió de beber, de manera que a cada uno que le metía la cabeza en el agua, éste la levantaba porque se axfisiaba, y ella le decía: "estabas con mucha sed, toma más agua!" y así los ahogó a todos.

Mamá buscó a la niña porque no la oía y encontró a los polluelos ahogados. Le dió unos azotes y se enfadó con ella, y con razón. La niña le respondió: "bueno mujer, bueno, ellos tenían sed y ahora están dormidos".

ROSA

jueves, 24 de febrero de 2011

Mi primera escuela













Mi primera escuela fue una escuela nacional, como se llamaban en aquellos tiempos. Estaba en la calle del Hórreo, haciendo esquina con la Corredeira do Hórreo, lo que hoy se conoce como República Arxentina (en Santiago).

Mis primeras profesoras se llamaban Doña Esclavitud, y su sobrina Elena,. Enseñaban muy bien. Había niñas mayores y pequeñas, yo era de las pequeñas. Había niñas que venían de lejos, como Picaños, Sar, Castiñeiriño, Pontepedriña; también niñas que vivían cerca del Hórreo como yo.

Pero Doña Esclavitud enfermó y en unos días se marchó (murió), nos llevamos un disgusto muy grande. Nos mandaron otra profesora, se llamaba Doña Gloria Revestido, era una gran señora que nos enseñaba muy bien pero tuvimos mala suerte porque en pocos años también murió.

Mis recuerdos de la escuela hasta aquí fueron muy buenos. Al llegar a la escuela las niñas mayores cogían la bandera española y la colocaban en un soporte que estaba fuera, luego rezábamos una oración que aún hoy recuerdo. A continuación cantábamos el "cara al sol".

Una vez, cuando vino Franco a Santiago, fuimos todas muy "arregladitas" con nuestro mandilón blanco y una banderita española al Obradoiro.

Tuvimos otra profesora después, pero ésta fue un desastre. Tenía cuatro hijos pequeños y alguno lo llevaba a la escuela, no nos enseñaba nada. Yo, cuando llegaba a la escuela, me entretenía con las polillas que me encontraba en la mesa, eran unos bichitos marrones pequeños, los hacía caminar de un lado para otro y, cuando ya no daban más de sí, los metía en el tintero.

Algunas niñas dejamos de ir al colegio y las que se lo podían permitir se fueron a uno de pago. Yo me fuí a un taller de modista de niña de los recados. Con el tiempo me hice modista de poco mérito, pero me vino muy bien para cuando tuve hijos, poder hacerles la ropa.

MIMOS.

jueves, 17 de febrero de 2011

La Fiesta de las Flores





Voy a contar lo maravillosa que era esta fiesta.

Cuando yo tenia 8 años, había en la parroquia unas señoritas que hacían grupos de diez a doce niñas entre seis y diez años, para enseñarlas unas oraciones muy bonitas; ensayaban durante varios días antes de la fiesta, para que todo saliera bien.

Nosotras limpiábamos la iglesia, recogíamos las flores en nuestra parroquia y también en las parroquias vecinas.

Con las flores formábamos unos altares de las que estábamos muy orgullosas el día de la fiesta; cada año eran más bonitos; a los santos los poníamos ropas nuevas, también poníamos muchas velas lazos, etc.

Ese día, el DÍA de las Flores, había una misa a las 9 de la mañana y otra a la una, ésta era cantada, era la principal y, por la tarde, la misa del rosario y la procesión.

Antes de entrar la procesión en la iglesia, era cuando decíamos las oraciones, las plegarias y las peticiones que hacíamos a la Virgen. Realmente no eran plegarias, era como una especie de teatro, en la que una de nosotras representaba a la Virgen y las demás hacíamos las peticiones. Estas representaciones se hacían en el atrio de la iglesia, en la puerta grande.

Cuando yo tenía seis años, fue cuando mi primera oración:
Déjame Virgen Maria
Vivir siempre en ti
Tu corazón Madre MIA
Es un cielo para mí
Para yo decir estas palabras, lo pasé mal, pues mientras miraba a la Virgen, todo iba bien, pero cuando miraba a las personas que me rodeaban no me salían las palabras, y lloré por no poder decir la oración como había ensayado, pero como eran pocas palabras, aunque fuese entre llantos terminé.

Después empezaba el baile, pero como nosotras éramos niñas, no podíamos estar nada mas que hasta las diez de la noche, y para nosotras, se acababa la fiesta.

Rosa

domingo, 6 de febrero de 2011

COSAS DE NIÑOS


















Esta historia ocurrió por los años 1950.


Cuando yo tenía 14 años yo no pude seguir estudiando más, el gobierno solo daba enseñanza gratis hasta esa edad, si querías seguir estudiando tenías que pagarte los estudios.

Entonces, yo les dije a mis padres que me iba a poner a trabajar, quería hacerlo, pero no me dejaban ir a las casas de familia porque era muy niña y un poco señorita.

Mi abuela me compró una máquina manual de costura-no recuerdo la marca-. En aquel tiempo se cosía por las casas, se hacían ropas nuevas y se arreglaba mucha ropa, las camisas de hombre, los pantalones y muchas más prendas ; se trataba de aprovechar todo, lo máximo posible.

Fui a aprender costura y empecé a trabajar arreglando ropas por las casas,pero bueno, lo que quiero contar viene a continuación.

Mi hermano tenía siete años y el pelo muy largo porque no le gustaba cortárselo, yo le decía a siempre a mamá:
_Mira mamá-este niño tiene el pelo muy largo, pues no puede ni ver, le tapa hasta los ojos.
-Rosa,me contestaba mi madre, tu hermano cada vez que le vamos a cortar el pelo llora, no se quiere cortar el pelo-.
Pero yo me propuse cortarle el pelo.

Un día que venía de mi trabajo, como siempre traía en el delantal- que tenía los bolsillos muy grandes-tijeras,agujas,hilo, en fin todo lo que necesitaba-, vi que mi madre llegaba con el carro, ella delante llevando a las vacas y mi hermano dentro del carro; entonces le dije a mi madre :
-Mamá, voy a subir al carro con mi hermano-
. Subí, miré a mi hermano y pensé:
Esta es la ocasión,voy a cortarle el pelo a mi hermano.

Cogí las tijeras y le dije:
Juan, no llores quedate tranquilo, voy a cortarte el pelo, no duele nada, ya verás como no duele nada, y empecé a cortarle el pelo; primero el de los ojos y después el resto. Como el carro se movía mucho y mi hermano se reía sin parar y yo también , no pude cortarle el pelo bien, que quedó lleno de escaleras.

Cuando llegamos a casa mamá se enfadó mucho y me dijo:
-Ahora vas a cortarle bien el pelo, quieras o no quieras, ya que has empezado termina.
Yo le contesté:
Mamá, no te enfades ¿ no ves que nos hemos reído mucho y ahora el niño no tiene miedo ni llora?.,
Ya le podemos cortar el pelo cuando lo necesite.

ROSA

viernes, 4 de febrero de 2011

La escuela de mayores de Milladoiro

Es especial y buena, nos enseñan muy bien porque los profesores doña Lola y Antonio tienen mucho cuidado con nosotras y nos explican las cosas muy bien.

Después, el grupo de alumnos también tenemos mucho interés en aprender y recordar muchas cosas que ya habíamos olvidado.

Tenemos otra profesora, Almudena, que da las clases de informática, que nos enseña mucho y hace su trabajo con mucho cariño. Hay un chico en el grupo que se llama Harry y está muy interesado por aprender. Es muy alegre y bueno, ¡ sigue así Harry, te queremos!

Ahora ya llegaron dos señores, parece que los hombres también están tratando de aprender más.

Y quiero decir a mis amigas que me siento muy bien con todas, que me gusta mucho aprender. Hay cosas que son más difíciles que otras, pero poco a poco, voy ampliando mis conocimientos.

Somos un grupo de la tercera edad, con espíritu joven y con ánimos y ganas de estudiar.

Esto es todo de momento.

Rosa.

martes, 1 de febrero de 2011

Entre rezos, castañas y pastelería













En mi nativa tierra de Italia central, el mes de Noviembre, llamado también el mes de difuntos, mi tierna memoria infantil quedó impregnada de las horas de paseos arriba, abajo,izquierda,
derecha por las estrechas callejuelas que dividían las moradas de los difuntos allí residentes.

No eran precisamente paseos de relax, porque las buenas monjitas que nos cuidaban, ofrecían a los familiares de los finados nuestros rezos y cánticos que emanaban de nuestras blancas voces que, a cambio, recibían unas cuantas liras que tintineaban al caer en una artesanal bolsita de tela.

Éramos un grupito de cinco niños que, al teminar el día, cansados, íbamos arrastrando nuestros pequeños pies por el camino de vuelta; parecíamos angelitos caídos del cielo, envueltos en nuestras bonitas capas uniformadas, de franela azul oscuro y nuestras boinas.

Por suerte el mes de Noviembre, también era el mes de las castañas que nos encantaban a todos los niños. Las comíamos de muchas maneras:a sadas, cocidas, en tartas e incluso en forma de harina endulzada, que vendían en cucuruchos de papel.

Por Noviembre, era también el preludio de las fiestas Navideñas y Año Nuevo, así que empezaban los preparativos para los nacimientos, los árboles de Navidad, y la época de los juegos familiares como los bingos, las cartas, los juegos tradicionales y las músicas navideñas que los pastores autóctonos tocaban por las calles con sus gaitas y tamboriles, alegrando nuestras calles cuando bajaban a nuestras ciudades.

Recuerdo también que era una época que todos, niños y adultos disfrutábamos de una amplia y variada gama de pastelería como: empanadillas rellenas de mermeladas, rosquillas mojadas en azúcar, roscones con frutas confitadas, minis panetones, trenzas con pasas y confetis de colores,etc. En fin, ... los recuerdos, recuerdos son.

Pero recordar es, ... volver a vivir momentos compartidos con nuestros queridos familiares, difuntos algunos y vivientes otros, entre rezos, castañas y pasteles, haciendo que las tradiciones venzan el paso de los tiempos.

¡Vivamos las tradiciones en cualquier país , honrando así a nuestros antepasados¡

ITALO