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viernes, 25 de febrero de 2011

El cuento de los polluelos












Mi hermana Pilar, cuando tenía 3 años, salió solita al corral, frente a la casa. Estaba muy contenta porque iba a hacer una buena acción. Había allí una gallina con sus polluelos, la niña se acercó y los polluelos y la gallina se asustaron mucho. Y aquí viene el problema...

Pensó que los polluelos tenían ganas de beber. Cogió uno a uno y les dió de beber, de manera que a cada uno que le metía la cabeza en el agua, éste la levantaba porque se axfisiaba, y ella le decía: "estabas con mucha sed, toma más agua!" y así los ahogó a todos.

Mamá buscó a la niña porque no la oía y encontró a los polluelos ahogados. Le dió unos azotes y se enfadó con ella, y con razón. La niña le respondió: "bueno mujer, bueno, ellos tenían sed y ahora están dormidos".

ROSA

jueves, 17 de febrero de 2011

La Fiesta de las Flores





Voy a contar lo maravillosa que era esta fiesta.

Cuando yo tenia 8 años, había en la parroquia unas señoritas que hacían grupos de diez a doce niñas entre seis y diez años, para enseñarlas unas oraciones muy bonitas; ensayaban durante varios días antes de la fiesta, para que todo saliera bien.

Nosotras limpiábamos la iglesia, recogíamos las flores en nuestra parroquia y también en las parroquias vecinas.

Con las flores formábamos unos altares de las que estábamos muy orgullosas el día de la fiesta; cada año eran más bonitos; a los santos los poníamos ropas nuevas, también poníamos muchas velas lazos, etc.

Ese día, el DÍA de las Flores, había una misa a las 9 de la mañana y otra a la una, ésta era cantada, era la principal y, por la tarde, la misa del rosario y la procesión.

Antes de entrar la procesión en la iglesia, era cuando decíamos las oraciones, las plegarias y las peticiones que hacíamos a la Virgen. Realmente no eran plegarias, era como una especie de teatro, en la que una de nosotras representaba a la Virgen y las demás hacíamos las peticiones. Estas representaciones se hacían en el atrio de la iglesia, en la puerta grande.

Cuando yo tenía seis años, fue cuando mi primera oración:
Déjame Virgen Maria
Vivir siempre en ti
Tu corazón Madre MIA
Es un cielo para mí
Para yo decir estas palabras, lo pasé mal, pues mientras miraba a la Virgen, todo iba bien, pero cuando miraba a las personas que me rodeaban no me salían las palabras, y lloré por no poder decir la oración como había ensayado, pero como eran pocas palabras, aunque fuese entre llantos terminé.

Después empezaba el baile, pero como nosotras éramos niñas, no podíamos estar nada mas que hasta las diez de la noche, y para nosotras, se acababa la fiesta.

Rosa

domingo, 6 de febrero de 2011

COSAS DE NIÑOS


















Esta historia ocurrió por los años 1950.


Cuando yo tenía 14 años yo no pude seguir estudiando más, el gobierno solo daba enseñanza gratis hasta esa edad, si querías seguir estudiando tenías que pagarte los estudios.

Entonces, yo les dije a mis padres que me iba a poner a trabajar, quería hacerlo, pero no me dejaban ir a las casas de familia porque era muy niña y un poco señorita.

Mi abuela me compró una máquina manual de costura-no recuerdo la marca-. En aquel tiempo se cosía por las casas, se hacían ropas nuevas y se arreglaba mucha ropa, las camisas de hombre, los pantalones y muchas más prendas ; se trataba de aprovechar todo, lo máximo posible.

Fui a aprender costura y empecé a trabajar arreglando ropas por las casas,pero bueno, lo que quiero contar viene a continuación.

Mi hermano tenía siete años y el pelo muy largo porque no le gustaba cortárselo, yo le decía a siempre a mamá:
_Mira mamá-este niño tiene el pelo muy largo, pues no puede ni ver, le tapa hasta los ojos.
-Rosa,me contestaba mi madre, tu hermano cada vez que le vamos a cortar el pelo llora, no se quiere cortar el pelo-.
Pero yo me propuse cortarle el pelo.

Un día que venía de mi trabajo, como siempre traía en el delantal- que tenía los bolsillos muy grandes-tijeras,agujas,hilo, en fin todo lo que necesitaba-, vi que mi madre llegaba con el carro, ella delante llevando a las vacas y mi hermano dentro del carro; entonces le dije a mi madre :
-Mamá, voy a subir al carro con mi hermano-
. Subí, miré a mi hermano y pensé:
Esta es la ocasión,voy a cortarle el pelo a mi hermano.

Cogí las tijeras y le dije:
Juan, no llores quedate tranquilo, voy a cortarte el pelo, no duele nada, ya verás como no duele nada, y empecé a cortarle el pelo; primero el de los ojos y después el resto. Como el carro se movía mucho y mi hermano se reía sin parar y yo también , no pude cortarle el pelo bien, que quedó lleno de escaleras.

Cuando llegamos a casa mamá se enfadó mucho y me dijo:
-Ahora vas a cortarle bien el pelo, quieras o no quieras, ya que has empezado termina.
Yo le contesté:
Mamá, no te enfades ¿ no ves que nos hemos reído mucho y ahora el niño no tiene miedo ni llora?.,
Ya le podemos cortar el pelo cuando lo necesite.

ROSA

viernes, 4 de febrero de 2011

La escuela de mayores de Milladoiro

Es especial y buena, nos enseñan muy bien porque los profesores doña Lola y Antonio tienen mucho cuidado con nosotras y nos explican las cosas muy bien.

Después, el grupo de alumnos también tenemos mucho interés en aprender y recordar muchas cosas que ya habíamos olvidado.

Tenemos otra profesora, Almudena, que da las clases de informática, que nos enseña mucho y hace su trabajo con mucho cariño. Hay un chico en el grupo que se llama Harry y está muy interesado por aprender. Es muy alegre y bueno, ¡ sigue así Harry, te queremos!

Ahora ya llegaron dos señores, parece que los hombres también están tratando de aprender más.

Y quiero decir a mis amigas que me siento muy bien con todas, que me gusta mucho aprender. Hay cosas que son más difíciles que otras, pero poco a poco, voy ampliando mis conocimientos.

Somos un grupo de la tercera edad, con espíritu joven y con ánimos y ganas de estudiar.

Esto es todo de momento.

Rosa.

jueves, 9 de diciembre de 2010

EPOCA DE CASTAÑAS

Tiempos felices que no vuelven mas.

En aquellos tiempos,no muy lejanos, por los años cuarenta, en los meses de Septiembre y Octubre, recuerdo que era el tiempo de las castañas y de la recogida del maíz.

Yo participaba en todo porque no tenía nada que hacer, ya que estábamos solas mi abuela y yo, y no teníamos ninguna ayuda , entonces recogía castañas, nueces,avellanas, leña y otras cosas.

También ayudaba a mamá en las labores que ella hacia en su casa, como hacer el palleiro, las esfolladuras......

En las esfolladuras, los vecinos más cercanos ayudaban lo que podían;primero se recogía el maíz que se guardaba en el pallal, después a la noche, se escogían y se limpiaban las espigas, las buenas se llevaban al hórreo.

Las hojas secas y duras eran para las vacas, y las finas eran para hacer las almohadas y los colchones, porque todo se aprovechaba en la vida del labrador.

Yo era feliz, y aquí llegan las castañas; cuando acabábamos la faena, jugábamos a las cartas y comíamos las castañas asadas o cocidas con cachelos.

También codornos cocidos que eran unas peras de invierno muy ricas. Cantábamos y contábamos cuentos a la luz del carburo o de los candiles de aceite y así termina la historia de los viejos tiempos.

ROSA

jueves, 29 de abril de 2010

El Regreso de Rosa

Volví a España sola varias veces entre el año ochenta y ocho y el noventa. Al principio tenía pocas noticias de la familia, excepto de mi madre. Mamá la primera vez que vine me decía: ¿y cuándo vas a volver a España?, y yo siwempre le contestaba lo mismo: para el año. No tenía coraje para decirle que podría tardar muchos años en volver, si es que volvía. Le daba esperanzas, ya que su salud no era muy buena y decirle la verdad no era conveniente, pues eso agravaría sus males. Ella se quedaba tan contenta esperando el róximo año.

Por aquellas fechas fue cuando mi marido y yo nos jubilamos. En 1955 vunimos en viaje de quince días con Mundo Senior. Fueron unas lindas vacaciones, las primeras después de tantos años de trabajo. Desde Almería fuimos a Galicia, nuestra tierra querida, donde estuvimos otros quince días. Fue un mes de ensueño y aquí, en Galicia, empezaron nuestros pensamientos e ilusiones de volver a vivir aquí. Lo estudiamos y durante cuatro años estuvimos preparando la vuelta.

Vine sola en 1999 para ir preparando la vivienda. Durante ese tiempo vinieron mis hijas de turismo. Les gustó mucho. Volví con ellas de nuevo a Brasil.

Después vino mi marido. Pasó aquí tres meses. Al volver a Brasil me dijo que quería venirse a España a vivir definitivamente ya que nada nos ataba a Río. Nuestras hijas estaban criadas. El no se encontraba bien y quería volver a Galicia. Estuvimos toda la familia de acuerdo y en octubre de 2003 regresamos a nuestra Tierra después de 53 años en Brasil.

Volví a Galicia porque es mi tierra, mi Terra mai, la que me vió nacer. Tenía mucha morriña. Cuándo escuchaba una canción de España se me moría el alma. ¡Una cosa es contarlo y otra pasarlo!

¡Adiós Rio de Janeiro, Tierra que con tanto cariño me acogió! Adiós a tus lindas playas, a tus lindos carnavales. Adiós también a las tardes de fútbol de los domingos que son muy alegres. Adiós también al cristo del Corcovado, a todas tus islas.

Rio, eres lindo, tu gente muy amable. Siempre que pueda volveré a visitarte. Brasil y Rio: un abrazo y gracias.

Aquí también tengo que dar las gracias a mis profesores Lola, Almudena y Antonio de la Escuela de mayores y del aula de informática. Gracias a María y a todo el equipo de gimnasia y deporte. En el ayuntamiento gracias a Suso y a su equipo que siempre me ayudaron en todo lo que necesitaba, me aconsejaron y me dieron cariño, como a todos los que regresamos.

Gracias a todos.

Rosita






miércoles, 28 de abril de 2010

La segunda edad de Rosa

Aventura peligrosa

En el día 6 de Enero de 1955, Rosa embarcó en el buque Monte Urbano en Vigo, con destino a Brasil.
Once días de viaje sobre el mar, mucho sol y mucho agua.
-Cuando llegué a la tierra prometida, yo soñaba con una ciudad limpia y hermosa, Río de Janeiro lo era.

-Pero Río es muy grande, tiene mucha gente. Yo venia de Santiago de Compostela creyendo que era grande, pero al ver Río, me quede maravillada de esa ciudad; aunque en principio no me pareció tan limpia, pues la conocí por el lado más malo, que es el puerto.

La plaza Maria donde está la aduana, estaba llena de gente esperando realizar los trámites necesarios para entrar en el país. Yo no entendía nada de aquello, es más, si en ese momento el barco hubiera dicho: ¿Quién quiere volver a España? Hubiera contestado: ¡yo¡! si, yo quiero volver¡

Bueno, eso no pasó, y la vida continuó. Aquí fue donde empecé a sentir el peso de mí aventura.

Ese año mude de país, mude de estado civil-me casé-, no tenía tiempo de asimilar tantas cosas, más poquito a poco fui tomando cuenta de todo, y salí adelante.

A los cuatro años de estar en Brasil, nació nuestra hija, mi niña, fue el momento más feliz de mi vida. He soñado muchas cosas buenas, pero no todos se cumplieron como es normal, pues los sueños son eso, sueños.
En 1960 volví a España con mi hija de ocho meses, para hacer algunos trámites de ventas de las propiedades de mi marido, de lo cual ahora me arrepiento, pero en esa época, no teníamos intenciones de volver a España.

Después de estar todo resuelto, en 1961, volví a Brasil con mi hija y la tarea cumplida.

Tenía grandes deseos de regresar a Río, a disfrutar del sol y del calor de esta ciudad, ya que el invierno que pasé aquí fue muy malo, de los ocho meses que pase en Galicia, cuatro estuvo lloviendo día y noche sin parar.

En Río la vida continuó normalmente, empezamos a trabajar con mucha ilusión, pudimos hacer nuestra casa y que mi hija estudiara.

Cuando mi hija tenia quince años ocurrió algo que es preciso que cuente. Cerca de nosotros vivía un matrimonio que tuvo un problema; tenían una niña que se quedo sola y nuestra hija me dijo”Mamá, tenemos que ayudar a la pequeña”. Hablamos con la niña si quería venir para nuestra casa, nos dijo que si, y en cuanto las autoridades resolvieron el problema, se quedo a vivir con nosotros y así, de un momento a otro me encuentro con dos hijas, muy feliz y satisfecha, una con quince años y la otra con catorce, estudiaron y terminaron su carrera, trabajaron y formaron sus vidas.
Así pasaron treinta años, con mucho trabajo, con buenos y malos momentos, después llega nuestra jubilación, todo gracias a Dios.


Contare otra etapa de mi vida próximamente.
Hasta entonces
ROSITA

martes, 8 de diciembre de 2009

ROSITA

ROSITA

Me llamo Rosa y esta es mi historia. Soy de un pueblo pequeño, cerca de Santiago de Compostela.


Nací en un año muy malo para todos los españoles - en 1936-; cuando yo nací mi padre ya estaba en la guerra, no me conoció personalmente, solo por fotografía. El dijo estas palabras: mi hija es muy linda, me gustaría verla más no puedo. Esto lo leí yo en una carta escrita por él.

Los días pasaron y al cabo de seis meses, llegó la triste noticia- mi papá había muerto en Brunete-.

Sin yo entender nada en ese momento mi vida ya empezó a mudar; mi mamá era muy joven y se quedó sola para hacer todo, trabajar las tierras, cuidar los animales, etc., etc.….

Entonces mi abuela paterna la ayudaba a cuidarme, por el día con la abuela, por la noche en la casa de mi madre, todos estaban muy tristes, así pasaron los días y los años.

Llegaron mis siete años, como no entendía nada era una niña contenta, alegre y feliz. Empecé la escuela, con sus obligaciones, era una alumna de aplicación media, participaba en todo lo que se organizaba tanto en la escuela como en la iglesia.

Mi primera profesora se llamaba D. ª Peregrina, era muy buena, a ella, a mamá y a la abuela materna debo todo lo que aprendí y fui en mis primeros pasos de mi vida. También me enseñaron a leer y escribir, a bordar, calcetar y demás labores de la casa.

Bueno, llegaron los catorce años, dejé la escuela y llegó un tiempo un poquito más serio y de nuevos descubrimientos. En esa edad yo estaba normalmente con mi abuela paterna, pero cuando tenía alguna fiesta o algún trabajo me quedaba con mi madre. Mi vida no era mala, fui a aprender a coser por las casas con una señora, llevaba la máquina en la cabeza, hacíamos arreglos y piezas nuevas.

Empecé a asistir a los primeros bailes de mi juventud, empezaban a las seis de la tarde y a las diez de la noche, en casa; si pasabas de esa hora, el próximo día castigada. En aquel tiempo la música estaba compuesta mayormente por las gaitas, el pandero y, otras veces, el acordeón. Las bandas de música empezaban a estar de moda, había una banda-Los Rebeldes-compuesta de ocho o diez músicos; nos gustaba tanto que, nosotras no faltábamos allí donde tocaban, porque eran muy buenos. Aquella época fue para mí muy buena y divertida con muchas ilusiones, más tenía un problema, no había dinero, quería trabajar pero no encontraba trabajo, principalmente del que yo quería, pues era un poco señorita.

Empecé a soñar con irme a Brasil, era un problema pues yo era muy joven. Una amiga mayor que yo se responsabilizó de mí. Como he sido siempre muy aventurera, no tenia miedo de irme, no pensaba en los peligros que el viaje y la estancia en Brasil me podían traer. Tanto se lo pedí a mi abuela-pobrecita-que al fin me dejó. En aquel tiempo contaba diecisiete años y ya con el permiso de mi mamá y de mi abuela, me dediqué a arreglar los papeles

Al cumplir los dieciocho años con los papeles arreglados dejé a mi familia, mis amigos, mis bailes, mi pueblo y me marché.

Atrás quedo todo lo anterior y los tiempos más felices y despreocupados de mi vida.

(Esta es la historia de mi primera edad o el primer tiempo de mi v


ROSITA